…los que me seguís hace tiempo ya sabéis mucho de mi…
Sabéis que soy una apasionada de mi tierra, del campo, de mi familia y amigos, de la fotografía y del mundo del caballo.
Tuve la suerte de tener un padrino en esto de excepción. No sólo lo es de bautismo, es mi segundo padre, así como suena. Uno de los hombres de mi vida. Me enseñó todo lo que sé del campo y de la cría de este maravilloso animal. Ama este mundo como no lo hace nadie (me atrevo a generalizar), y como todo lo que se hace con sentimiento…triunfa. Tiene la mejor yeguada que conozco, lo siento, es que no conozco otra igual. Sé que no soy objetiva pero me da lo mismo, sé de qué hablo.
Yeguada Nobleza del Guadiana, de D. Joaquín Conesa Conesa.
Yo lo he visto pasar horas y horas, días y días, mirando su ganado como si se parara el tiempo. Conoce cada mancha, cada marca, cada rasgo de sus yeguas, potros y sementales a los que les tiene adoración. Y los animales a él!
Hace años en la recuperación de lo que fue un bache en su vida, recuerda como se calló en una cancela abierta mientras venían las yeguas espantadas de algo. Pensó que era el final. Siempre cuenta que pararon en seco cuando llegaron a él y no es devoción…yo me lo creí a pies juntillas. Estas historias son muy típicas en animales domésticos como los perros, pero los caballos también son maravillosos. Él me enseñó su mundo y es extraordinario.
Con sus eternos apuntes, como buen hombre de campo.
Hace años lo hacía conmigo, y me emociona ver ahora a mis hijas. Es taaaan divertido.
Te quiero, y sé que tú lo sabes.
Sin grandes lujos, una sala de trofeos que podría pasar desapercibida. Nada de pretensiones. Pero muebles atacados de premios a toda una vida dedicada a este animal, al buen hacer…y los que quedan!
Había gente, como casi siempre, no pude hacer todas las fotos que me hubieran gustado…
Espero que os guste, un beso apretao…