…hay días que me obsesiono por no tener nada que contar en el blog…
No sabéis algunas veces lo complicado que es y otras qué fácil. Cuando me pasa algo, o veo una cosa que pueda interesar siempre digo, esto es genial para una entrada pero luego frente al ordenador no soy capaz de plasmar la idea.
Antes de ayer sin más, mientras me acostaba , no era capaz de parar de reír. Venía a mi cabeza una y otra vez la situación que había vivido momentos antes. A ver como la cuento…
La puerta de la cocina que da al lavadero lleva descolgada desde tiempos del papiro. Curro que está harto de oírme que hay que solucionarlo se dispuso a ello. Quitó toodos los tornillos, buscó los que faltaban, ponía la puerta mientras murmuraba; «esto lo dejo yo perfecto». Apretaba todos los tornillos, intentaba cerrar y aún rozaba abajo, apretaba más y rozaba arriba, aflojaba y se caía una pieza, desmontaba todo otra vez…sudando la gota gorda claro!Porque en lo que iba a tardar 10 minutos Super Mario, ya íbamos por 40 minutos y lo que quedaba. Y yo sin parar de entrar y salir de la cocina con cenas y organización de las pigmeas haciéndome la sueca. Ya en una de esas que no podía más dice; «me caaaaag….» Ya sabéis como termina la frase. Yo me vine al salón porque de tanto aguantar la risa se me caían los lagrimones como puños y como me vuelva a acordar es que no puedo parar de reír. Deciros que mi puerta ya va perfectamente, pero qué trabajito ha costado.
Seguro que mas de una de vosotras tiene una historieta familiar con los héroes de las chapuzas domésticas porque no todo termina ahí.
Vosotros sabéis que cuando algo se estropea no va solo, van dos o tres cosas detrás. Esa misma tarde, el interruptor no respondía y me dice; «se habrá soltado algún cable!». Lo desmonta, lo pone bien, comprueba que enciende perfectamente, pone el embellecedor, termina, prueba a encender y no enciende! jajajaja. Vuelve a deshacer todo, va al cuadro de la luz, comprueba los demás, vuelve a intentarlo, ya enciende, lo monta, termina y no enciende! jajaja. Vamos como si le tuviera puesta la cámara oculta. Os juro que mientras os lo cuento no puedo parar de reír y Pía me mira y dice: «Qué estás viendo tan gracioso mami?» Qué le digo, a tu padre pasándolas canuta? jajaja. Se le caería el mito, no puedo,jajajja. No sé qué hizo pero también está solucionado.
Ya armada de valor le digo: Pues ya que estás tan dispuesto podías sellar el plato de ducha que he comprado la pistola y la silicona. Agachó las orejas y allí iba con la pistola como si de jugar al paintball se tratara. Yo seguía con mis tareas cuando oigo; Pauuuuuuuu. Tierra trágame, alguna ha liado y le veo lavándose las manos como si le fuera la vida en ello llenitas de silicona blanca y sin parar de decir…esto no se quita! Unos churretes en la ducha de impresión, para matarlo! Ahora me río pero en el momento lo hubiera estrellado. Ellos colaborar colaboran pero la recogida es casi peor que dejar las cosas sin solucionar. Le dí unos guantes intenta ponérselos. «Madre mía pero si aquí no caben las manos!» Y etc etc etc. La realidad es que ya está todo solucionado y que el rato de risas no tiene precio.
Hoy hemos salvado la entrada, a ver mañana qué me pasa o qué se me ocurre. En facebook he preguntado de qué queréis que hable, me ayudáis?
Un beso apretao…
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